MICROCOSMOS y MACROCOSMOS EN MEDICINA

MICROCOSMOS y MACROCOSMOS en MEDICINA

ECOS DEL 71° CONGRESO DE LA LMHI Y FAMHA - BUENOS AIRES - ARGENTINA


La visión holográfica del Universo ha sido descripta desde el campo de las investigaciones modernas desde hace años por grandes científicos como David Bohm, Karl Pribram  y el mismo Einstein, en la que el microcosmos y el macrocosmos presentan correspondencias que se van descubriendo progresivamente en el mundo occidental. Así, los mismos patrones se reproducen en todos los niveles del cosmos, desde la escala más pequeña hasta los de escala más grande. El hombre se encuentra en el centro del sistema, con la extraordinaria potencialidad en su conciencia individual de conectarse con los diversos niveles, en relación a su grado de desarrollo.

La idea de que el Universo es un holograma le vino a Bohm en el borde de la materia, en el mundo de las partículas subatómicas. Un área en la que los fenómenos solo pueden explicarse en términos de vibración, energía e información. Es esta concepción la que entra en consonancia con el paradigma vitalista homeopático, el estudio del comportamiento de la energía vital ante determinados estímulos, las potencias medicamentosas homeopáticas y su capacidad de desarrollar información expresada en forma de patogenesias y la información análoga entre paciente y medicamento.

Respondiendo al tema del congreso "Medicina del Microcosmos", el Dr. Eduardo Yahbes presenta su trabajo donde analiza los conceptos de manera clara y que transcribimos a continuación.

Dra. Trinidad Mariano



MICROCOSMOS y MACROCOSMOS en MEDICINA

Dr. Eduardo Ángel Yahbes

Profesor Emérito de la AMHA




INTRODUCCIÓN

         Según Platón toda la física no es más que una “descripción conveniente”, ya que en último término no descansa en otra cosa que en la evidencia huidiza y tenebrosa de los sentidos, mientras que la verdad residiría en las formas trascendentales más allá de la física (“metafísica”).
            Afirma Sir James Jeans: no estamos en contacto con la realidad última. Seguimos estando prisioneros en la caverna de espalda a la luz, y sólo podemos contemplar las sombras contra el muro.
            Es conveniente distinguir entre el método científico y el campo científico. El método científico es el conocimiento abierto a una validación o refutación experimental.  Es cuando un pretendido conocimiento, sea de cualquier campo, puede ser públicamente verificado.
            La línea divisoria entre lo “científico” y lo “no científico” no es lo que divide lo físico de lo metafísico, sino lo que distingue entre afirmaciones experencialmente verificables y aquellas que no lo son.

            ¿A qué campos científicos puede aplicarse el método científico? ¿Cuántos campos existen? ¿Qué ontología deberíamos aceptar?
            Vamos a analizar brevemente los campos considerados por Ken Wilber


Como podemos apreciar cada uno de los niveles de la cadena ontológica, incluye al anterior (o anteriores). El nivel superior no viola los principios del inferior, sencillamente no se encuentra limitado o no resulta explicable exclusivamente por el (o ellos). El nivel superior trasciende y a la vez incluye al inferior, y no a la inversa. Así pues, la vida trasciende y a la vez incluye a la materia, la mente trasciende y a la vez incluye a la vida; el alma trasciende y a la vez incluye a la mente y el espíritu trasciende y a la vez incluye al alma. En este punto llegamos a un límite paradójico: (Según el esquema, el espíritu es lo que trasciende a todo y a la vez incluye a todo. Es el Fundamento o el Ser de todos los reinos posibles. Es la “entidad” o “esencia” de todos los niveles, y no sólo del último nivel.

            Fred Wolf comenta que en nosotros actúan dos “fuerzas”. La fuerza “cuántica” de exclusión de electrones tiende a mantener las cosas separadas. La fuerza “cuántica” de inclusión de los fotones tiende a unificar las cosas.   Entre estas dos “fuerzas”, de exclusión (que permite a los átomos formar las estructuras moleculares para la vida) e inclusión (que permite a los átomos y moléculas comunicar unos con otros y vibrar de un modo simpático), existe la vida humana. La psique humana, la mente y sus funciones psicológicas, cobran existencia.

            La física en su indagación del dominio material (nivel 1) ha encontrado sólo 4 fuerzas principales: gravitacional, electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil. En el nivel 2, aparte de esas fuerzas, se añaden las fuerzas que representan el deseo de alimentos, el impulso sexual, la capacidad motora y otras “pulsiones”. En el nivel 3 o psicológico, se agregan las fuerzas provenientes de emociones: celos, envidia, orgullo, culpa, remordimiento, intuición, compasión, esperanza, misericordia.

            Aseverar que desde el nivel ínfimo se establece la esencia de la realidad es el súmmum del reduccionismo, y que no es mi intención establecer. Cada uno de los niveles es más inclusivo que el anterior y está dotado de principios explicativos propios de su nivel jerárquico. La importancia y trascendencia de todo esto entonces estriba, en que la física es compatible con una visión más amplia (mística) del mundo, que si bien no lo puede confirmar, mucho menos lo puede contradecir.

  1. CONSIDERACIONES GENERALES 
A pesar de los avances de la medicina y que resultan de gran utilidad a nivel diagnóstico y en situaciones de emergencia, asistimos a una crisis profunda en lo que respecta al cuidado de la salud, que se manifiesta en el descontento general frente a las instituciones médicas en cuanto al alto costo, a la atención despersonalizada, a la violencia de muchas terapéuticas que no alcanzan resultados aceptables, a pesar del costo tanto económico como de sufrimiento que conllevan.

Existe una marcada desproporción entre la proclamada excelencia científica y técnica de la medicina ortodoxa y los resultados en salud de la población.

Hay que reconocer que estamos padeciendo una crisis global (social y cultural) compleja, multidimensional. Padecemos desempleo, pobreza, hambre y desplazamientos poblacionales, sumado a crisis energética, contaminación, amenaza de guerra nuclear o devastación por los cambios climáticos. Y también violencia cotidiana: familiar, social, policial, para policial, delincuencial, terrorista.
Esta crisis proviene del hecho de estar intentando aplicar conceptos de una visión mecanicista del mundo (para colmo fomentado a nivel médico por los intereses mercantilistas del negocio que está detrás de la enfermedad), propia de la ciencia cartesiana newtoniana a una realidad no lineal y que no puede ser comprendida desde esa perspectiva. La medicina no puede escapar a este hecho.

Por consiguiente, es necesario un cambio fundamental en nuestras percepciones, pensamientos y valores que nos permita modificar esa concepción mecanicista hacia una concepción holística de la realidad, que incluya al paciente como elemento central.
La práctica médica ortodoxa arraigada en el pensamiento cartesiano considera a la naturaleza dividida en dos reinos separados e independientes. El reino de la mente y el reino de la materia. A este marco conceptual dualista se le agregó la visión de Newton con un espacio vacío y un tiempo lineal, espacio y tiempo donde ocurren los fenómenos.

De acuerdo con esto la ciencia médica se ha limitado a intentar comprender los mecanismos biológicos implicados en las afecciones de las distintas partes del cuerpo, y ha perdido de vista al paciente como persona humana, llegando incluso solo al terreno molecular para dar las explicaciones de las enfermedades. Lo que sólo puede ser válido para las enfermedades genéticas.

Sin embargo, en la Física del siglo XX el UNIVERSO no se percibe como una máquina compuesta de objetos separados, sino como un todo armonioso e indivisible. Como una red de relaciones dinámicas que incluyen al observador humano y sobre todo a su CONCIENCIA.

El espacio y el tiempo han perdido su condición de absolutos para formar un continuo cuatridimensional que recibe el nombre de espacio – tiempo. Las partículas subatómicas son paquetes de energía o patrones de actividad dinámicos, que se transforman los unos en los otros en una danza continua, donde el tiempo ha perdido su linealidad y el espacio su vacío absoluto.

CUANDO NO HAY UNA ATENCIÓN EN UN ELECTRÓN, ESTE SOLO EXISTE COMO POSIBILIDAD EN ONDA, Y SOLO CUANDO HAY UNA INTENCIÓN ESPECIFICA PRODUCTO DE UNA PROGRAMACIÓN INTELIGENTE, ES CUANDO ESTE POSIBLE ELECTRÓN SE CONVIERTE EN PARTICULA, DANDO COHERENCIA A LA EXISTENCIA. (HEISENBERG).

Todos los elementos surgidos en el Universo están unidos en una globalidad invisible. Es con lo que se encuentran los modernos métodos experimentales como el de Clauser al constatar el Teorema de Bell en 1972. Los elementos separados a distancia siguen estando en contacto a través de “información” que no requiere energía y que transforman al espacio y al tiempo en irrelevantes (David Bohm).

Deberíamos reconocer que el medicamento homeopático aporta información, no contiene materia y tampoco energía. Aunque todavía no sabemos mucho acerca de qué es la información, algunas pistas tenemos: información (en formación) es el mecanismo creativo de donde surge la forma.

La implicación del Teorema de Bell sugiere que la actividad de la conciencia influye en el comportamiento de las partículas subatómicas, pero podemos inferir que también lo hace en los grandes fenómenos del Universo. SABEMOS QUE BASADOS EN LA FÍSICA CUANTICA ES EL OBSERVADOR QUIEN RECREA LA REALIDAD A PARTIR DE SU CONCIENCIA.  QUE EXISTE EN UN VASTO CAMPO DE PROBABILIDADES Y EL OBSERVADOR ES EL QUE DECIDE DONDE Y COMO PONER SU ATENCIÓN E INTENCIÓN.  Entonces nuestra conciencia ejerce un influjo tanto en la dirección de lo sumamente pequeño como en la dirección de lo enormemente grande, es obvio por lo tanto que en esto queda incluido nuestro paciente.

El reduccionismo (los procesos electroquímicos explican los procesos mecánicos) ha dominado el pensamiento médico, incluyendo el psicosomatismo.

Pero como pasa con toda postura frente a la realidad, esta cae cuando no puede explicar ciertos fenómenos, que pasan a ser desconcertantes.

  1. APORTES DE LA HOMEOPATÍA 
Hahnemann en su época se reveló contra una serie de posturas médicas teóricas que veían la realidad deformada y aplicaban tratamientos que perjudicaban al enfermo. Desarrolló una medicina basada en la ley de la similitud y a través de la experiencia y desde la clínica fue construyendo todos los elementos que hacen a esta medicina. La experimentación en el hombre sano de los medicamentos, las reglas de segunda prescripción basadas en la reacción terapéutica y en las reglas de curación. Como así también la concepción miasmática de las enfermedades crónicas.

Veamos brevemente lo que considero nuclear en cada uno de los miasmas básicos.

 En la PSORA su núcleo es el miedo. Hay rigidez a nivel mental, apego en lo emocional y falta de confianza en la acción


En la SYPHILIS su núcleo es la indiferencia. Mentalmente hay embotamiento, aislamiento autista en lo emocional y pulsión destructiva en la acción                     



La SYCOSIS se centra en el egoísmo, mentalmente hay obsesión, perversión en lo emocional y manipulación en la acción


Pero si logramos curar sus miasmas, en el paciente aflorará la energía amorosa como núcleo de una mente flexible, tolerante, desapegado en lo emocional y confiado en la acción                      



La medicina actual habla de MBE (Medicina Basada en la Evidencia) como un avance y lo es. Pero desgraciadamente en esa evidencia continúa dejando de lado a la persona que es lo relevante, y las evidencias suelen ser mayoritariamente, irrelevantes. 

La homeopatía aporta en primer lugar una perspectiva holística del paciente. Posibilita verlo como un prójimo que sufre y rescatar su condición de persona, liberándolo de la creencia materialista de la enfermedad (investigando los posibles factores desencadenantes) y de la inexorabilidad del tiempo lineal (despertando la esperanza). Como señalamos antes y según diría Martín Buber el encuentro paciente médico no se da en el tiempo y el espacio, sino que el espacio tiempo se da en ese encuentro. Este encuentro debe estar amparado por principios éticos basados en el amor y no en el poder del “sistema médico” (incluido el homeopático) con todo lo que ello implica. El AMOR como nos enseñara Erich Fromm abarca el conocimiento, el cuidado, el respeto y la responsabilidad.

3. OBJETIVOS del HOMEÓPATA 

             Lograr una adecuada relación paciente médico que posibilite incluir los factores humanos, a través de una atenta “escucha”, en la incidencia de las enfermedades, para sugerir la o las terapéuticas más adecuadas, incluyendo la homeopática, si correspondiera. Distinguiendo los factores predisponentes, desencadenantes y sostenedores de la patología, para inferir sobre ellos.
            Ello generará un salto a un nivel de conciencia que posibilite, a decir de Hahnemann, que se alcancen los altos fines de su existencia, tanto para el paciente como para el profesional médico. Cuando hablo de niveles de conciencia me refiero al nivel que debe ser alcanzado en cada etapa vital, la enfermedad debe ser una oportunidad para lograrlo. Desde la conciencia del yo infantil hasta la conciencia de unidad pasando por la conciencia existencial, transpersonal y social.
           
La neurobióloga Jill Bolte Taylor llega a la siguiente conclusión luego de su experiencia al sufrir un ACV en su hemisferio izquierdo: El hemisferio derecho trata sobre el presente. Es el aquí y ahora. Piensa en imágenes y aprende a través del movimiento de nuestros cuerpos. La información llega en forma de flujos de energía de forma simultánea a través de todos nuestros sistemas sensoriales para estallar en un enorme collage: la impresión sobre el momento presente aparece. Es el responsable del olor, del sabor, el sonido, de lo que sentimos ante el presente.
Soy energía que se conecta a la energía del resto a través de la conciencia de mi hemisferio derecho. Somos seres de energía conectada a través de la conciencia del hemisferio derecho a la familia humana. Lo cual significa que somos hermanos y hermanas en este planeta, y que estamos aquí para hacer del mundo un lugar mejor.

Mi hemisferio izquierdo es un lugar muy distinto, que piensa lineal y metódicamente. Nuestro hemisferio izquierdo tiene que ver con el pasado y el futuro. Nuestro hemisferio izquierdo está diseñado para registrar ese enorme collage del momento presente. Analizando detalles y más detalles, clasificando y organizando toda esa información. Está asociado con todo lo que aprendimos en el pasado y con nuestros proyectos de futuro. Es un hemisferio lingüístico. Su función es hablar continuamente, establecer un diálogo constante entre mi mundo interior y mi mundo externo. Cuando lo hace, me convierte en un ser separado, me hago una sola persona sólida, separada del flujo de energía a mi alrededor y separada del resto.
Como parte de nuestro compromiso como médicos está la de posibilitar un mayor desarrollo del hemisferio derecho, para lograr una armonía con el izquierdo, a través del estímulo de los sentidos en las distintas etapas de la vida (gusto, vista, tacto, olfato oído). Para ello el desarrollo artístico, teniendo en cuenta el estímulo de los sentidos, se hace indispensable.

SÍNTESIS

            Debe quedar claro (dice Kristen Neilling) que lo que inspiro y espiro al instante pasa en forma de aire hacia ustedes, el campo de ideas y sentimientos y de vibración hace exactamente lo mismo, al igual que en la relación paciente médico. 

            Podríamos definir con ironía que la MEDICINA es “CIENCIA” de la probabilidad y ARTE de la incertidumbre, o viceversa. Pero esto está implícito en el concepto de INDETERMINACIÓN de Heisenberg, por lo cual esa definición tiene cercanía con la realidad.  Heisenberg también afirmaba que cuanto más sabemos acerca de una mitad del mundo subatómico, tanto menos podemos saber de la otra mitad (que podría ser extrapolado al nivel médico), y que en Física sólo se pueden hacer afirmaciones acerca de relaciones estrictamente limitadas, que sólo resultan válidas dentro del marco de tales limitaciones.
  
La enfermedad tiene un mensaje oculto que nos es de difícil decodificación, pero esa es la tarea que debemos encarar cuando estamos enfermos o cuando acompañamos a un semejante enfermo.

Max Planck (que era músico y filólogo) decía que: “la ciencia es incapaz de resolver el misterio último de la naturaleza. Y ello se debe, en un último análisis, a que nosotros mismos formamos parte de la naturaleza, y, por lo tanto, del misterio que estamos intentando resolver. También, en cierta medida, la música y el arte son intentos de resolver, o al menos de expresar ese misterio. Pero, en mi opinión, cuanto más progresamos en todos estos campos, tanto más nos ponemos en armonía con la misma naturaleza. Y éste es uno de los grandes servicios que la ciencia presta al individuo”.

Considero que hay que tenerlo presente en nuestra actividad, ya sea como docentes o como discípulos, y sobre todo en el vínculo con los PACIENTES, quienes finalmente son nuestros auténticos MAESTROS, que nos van revelando parte de nuestras dudas y de los misterios de la NATURALEZA.-






Comentarios

  1. Excelente trabajo, excelente visión.
    Me surgen dudas tambien: como definiría a la conciencia? Conciencia son los pensamientos? Es la atención puesta espontáneamente en el mundo o el cuerpo? La conciencia ya está en el mundo o surge desde la corporalidad? Mente y conciencia son lo mismo?
    Y también: Platón exigía la búsqueda de la unidad, ser uno a pesar de los cambios del entorno. Será eso posible? Podemos serdiferentesxal entorno? Si somos indivisibles con el mundo. No será que todo lo que sucede al mundo (físico, social, político, ideológico,et.) También lo sufre mi corporalidad? Y con estas preguntas: medicamento único para toda la vida o los que sean necesarios (uno por vez) hasta alcanzar la salud?
    Me encantó la clara distinción de los mismas, dejando en claro el objetivo que se busca.
    Gracias por esta publicación.

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    Respuestas
    1. CONCIENCIA
      Conocimiento que el ser humano tiene de su propia existencia, de sus estados y de sus actos, que incluye un aspecto moral. Lo que le permite distinguir el bien del mal.
      Es un aspecto de la mente. Tiene diversos niveles de acuerdo a la edad y a la evolución ontológica de cada persona.
      Estos están mencionados de manera resumida, en el texto del artículo (conciencia del yo infantil, existencial, transpersonal, social y conciencia de unidad).

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