ACTUALIDAD
VACUNAR O NO?Dr. Eduardo Yahbes*
La medicina clásica tiene como núcleo central
de la prevención el sistema vacunatorio.
Desde sus comienzos a fines del siglo XVIII este sistema se ha basado en suposiciones que
no han tenido correlato con la realidad.
La primera vacuna desarrollada contra la viruela, se comenzó a utilizar
considerando que quienes contraían una enfermedad vacuna similar en sus
manifestaciones externas a la misma, no la padecerían. Esto a contramano de lo
que afirmaban muchos médicos de la época.
Aún observando que las poblaciones no
vacunadas padecían sólo entre un 10 a 20% de viruela y de muertes vinculadas,
comparadas con poblaciones vacunadas en
altos porcentajes se decidió hacerla obligatoria y masiva en todo Gran Bretaña.
Luego de lo cual se produjo una de las mayores epidemias de viruela.
Existe aparentemente un pensamiento único como
dogma revelado afirmando que las vacunaciones son seguras e inocuas o por lo
menos con escasos y leves efectos adversos secundarios. Quienes lo cuestionamos
solemos ser silenciados o denigrados en los “medios”.
Sin embargo y basándonos en los hechos,
observando las curvas de enfermedades infectocontagiosas y de muerte vinculable, las vacunas nada han
tenido que ver con la reducción de éstas.
El sistema inmune es sumamente complejo y está
interrelacionado con múltiples factores como la nutrición, la forma de vida,
factores raciales, sociales, familiares e individuales. Este sistema cuenta con
dos vertientes defensivas, La denominada inmunidad humoral mediada por los
anticuerpos y controlada por la médula ósea y la inmunidad celular mediada por
los linfocitos y controlada por el timo. Estas dos vertientes están
interrelacionadas y la de mayor trascendencia es la celular.
Por ejemplo niños con déficit de anticuerpos
suelen evolucionar de sus enfermedades infectocontagiosas (IC) de manera
similar a quienes no padecen de este trastorno.
Ahora bien para que una vacuna producida por
los laboratorios farmacéuticos sea aprobada debe tener la EFICACIA de elevar
los anticuerpos específicos. Motivo por el cual algunos laboratorios agregan a
las muestras anticuerpos de origen animal para su aprobación.
Hay que tener en cuenta que los organismos de
control, que deberían ser independientes, suelen tener conflicto de intereses por
sus vinculaciones con la Industria Farmacéutica. Esto se da tanto a nivel de
esas instituciones (OMS, OPS, CDC, etc.) como de sus miembros que pasan de la
industria a los organismos de control y viceversa. Se hace necesario hacer una
aclaración importante: no es lo mismo EFICACIA (aumento de anticuerpos) que
EFECTIVIDAD, reducción de la incidencia de la enfermedad en los vacunados.
Tampoco se menciona que en las epidemias del
pasado y del presente las complicaciones de las enfermedades IC tienen que ver con
la falta de vivienda digna (agua corriente, cloacas), de nutrición adecuada
(hambre, carencias nutritivas), de
ingresos que cubran las necesidades básicas, de educación, dado que la misma
duplica en resultado a la inversión general en los sistemas de salud. Suele
ocultarse que las poblaciones carecientes aumentan un 50% su tasa de mortalidad
infantil luego de ser vacunados y no se difunde que el lavado de manos reduce
tanto la diarrea como la neumonía en un 50%.
El otro aspecto es la negación sistemática de
los efectos adversos vacunales, aunque la mayoría de ellos figuran en los
prospectos que casi nunca reciben o leen los padres. Siempre negaron la
vinculación de las vacunas con el autismo regresivo. Sin embargo en 2014 los
propios científicos del CDC (Centro de Control de Enfermedades de USA),
reconocieron que sabían de su vinculación, pero lo ocultaron para evitar que la
población se replanteara la conveniencia de vacunarse. Esta noticia que debió
haber sido publicada en todos los medios periodísticos del mundo pasó
totalmente desapercibida para la opinión pública.
Los Grandes Laboratorios fabricantes de
vacunas han establecido un sistema de acción psicológica a través de los medios
periodísticos, incluidos los destinados a los médicos, exagerando la incidencia
de las enfermedades y de sus complicaciones y negando la inefectividad y los
efectos adversos de sus vacunas. Dentro de esta acción se aterra a la población
en general y a los padres en particular con noticias “catastróficas” sobre este
tema. Para colmo se amenaza a los padres que serán denunciados o que sus hijos
no serán asistidos medicamente o no ingresarán o egresarán del sistema
educativo si no vacunan a sus hijos.
VIOLANDO un Derecho Humano Elemental, como el de la defensa de la propia integridad
a través del Derecho al Consentimiento Informado, avalado por la Constitución
Nacional (Artículos 42 y 43) y leyes
reglamentarias.
Otro de los aspectos trascendentes es que las
vacunas contienen elementos biológicos y químicos que no deberían constituir
parte de las mismas. Como los metales mercurio y aluminio, sustancias
esterilizantes (polisorbatos, gonadotrofina coriónica humana), virus
activos (virus aviar, SV 40). Este virus SV 40 se encontró en las vacunas
contra polio hasta las décadas del 60 y del 70. Es un virus modificado
artificialmente con alta acción cancerínica (tumor cerebral, óseo, linfomas).
Como si esto fuera poco la misma Casa Blanca admitió la utilización de campañas
de vacunación para obtener muestras de ADN, existiendo una denuncia concreta
del Dr. R. Hamer de que la campaña mundial contra la gripe A que se intentó,
tenía como objetivo principal incorporar micro chips en esas vacunas. A esto se
suma la intención de esterilizar a las mujeres en edad fértil como se comprobó
en Kenia, a través de campañas con vacunas antitetánicas.
Las vacunas también contienen material
genético (ADN y ARN) ya sea como parte del material biológico “Inmunizante”
como de la contaminación por restos de cultivos celulares de origen animal o
humano. Se sabe desde la Dra. Barbara Mc Clintock (Premio Nobel) que estos
elementos se incorporan y modifican el comportamiento del material genético de
quien lo recibe. Ello genera el bloqueo, activación o mutación de los propios
genes, modificando su patrimonio genético.
Se hace indispensable comentar de qué manera
el sistema vacunatorio justifica la necesidad de vacunar en general a más del
85% de la población (“inmunidad de rebaño”) para evitar una epidemia. Utiliza
una fórmula matemática basada en la tasa de contagio. Esta es una cifra
totalmente variable de acuerdo a los autores y sesgada, dado que no tiene
correlato con la realidad, al ser las poblaciones con más del 95% de tasa
vacunatoria quienes padecen las epidemias.
Pero por supuesto se acusa a quienes no se vacunan de ser los responsables de
la misma, aunque padezcan la enfermedad en menor proporción que los vacunados.
Como se acusaba a los judíos en la Edad Media de ser los causantes del cólera,
debido a que prácticamente no lo padecían debido a sus hábitos higiénicos
(lavarse las manos) antes de manipular los alimentos (cocinar, comer) por
razones religiosas.
Desgraciadamente la Suprema Corte de Justicia
de la Nación Argentina dictaminó la vacunación compulsiva a un niño marplatense
basándose en este concepto fraudulento. Y no tuvieron la amabilidad de recibirme para plantear mis
consideraciones sobre el error cometido.
*Dr. Eduardo Yahbes. Curriculum: http://www.infohomeopatia.com.ar/disertantes/dryahbes.html
Más información: http://www.librevacunacion.com.ar/articulos/vacoctosirenas.htm